sábado, 23 de enero de 2010

38-Arequipa, la ciudad blanca


ArequipaPerú — sábado, 23 de enero de 2010














El viaje desde Cuzco hasta Arequipa duró 12 horas. Las primeras 6 llovió interrumpidamente. Pero fue un viaje muy tranquilo. Llegamos después del amanecer.
Ya en la Terminal, Matías y José se pusieron a discutir porque el primero quería quedarse un día en Arequipa, y Matías prefería ir directamente hasta Arica, ya que les quedaba un largo viaje por delante y estaban cortos de tiempo y de dinero. En tanto, yo esperaba que se pusieran de acuerdo para ir a un hostel de una buena vez.  
Mientras tanto, llegó Santiago, acompañado por Lieza, una rubia muy alta de origen belga pero residente en Francia, a quien había conocido en el micro.
Matías y José no se ponían de acuerdo sobre qué hacer, de todos modos en caso de permanecer en Arequipa sólo lo harían por ese día. Así que me fui con Santiago y la belga a buscar un hostel económico y acordé encontrarme con ellos más tarde en la Plaza de Armas.

Era temprano y no había casi nadie en la calle. Caminamos como 20 cuadras buscando un hostel que nos convenciera, sobre todo a Santiago que quería el más barato posible. Yo no aguantaba más el peso de la mochila que a aquella altura estaba desbordada de cosas, con todo lo que había comprado en Jujuy, en Bolivia y en Cuzco.
Después de un blooper en el que Lieza se tropezó y quedó acostada en una vereda con mochila y todo, conseguimos un cuarto con baño privado por 15 soles cada uno en el hostel Rivero (Rivero 420, esquina Ayacucho). Desayunamos allí mismo y luego me fui hasta la Plaza de Armas donde me esperaban Matías y José.
Antes de cruzar hasta la plaza ya empezaron a aparecer personas ofreciéndome el city tour por la ciudad. Los brasileros ya estaban allí esperándome y durante todo el tiempo que permanecimos allí no cesaron de llegar ofertas y contraofertas, cada vez a un precio más económico. Los ofertantes comenzaron a discutir entre ellos para ver quién se quedaba con los clientes, y en la pelea cada vez nos bajaban más el precio del city tour. El tipo que me lo había ofrecido en la esquina estaba muy enojado y no dejaba que ningún otro se nos acercase, hasta que Matías se calentó mal y le dijo que se fuera, que ni gratis íbamos a comprarle el tour a él.

Al final decidimos hacer el tour por la tarde (lo conseguimos a 25 soles) y dedicar lo que quedaba de la mañana a conocer el famoso Monasterio de Santa Catalina. Lieza se sumó a nosotros en el paseo. Este monasterio y convento se fundó en 1579, ocupa 20.400 metros cuadrados y aun residen allí monjas de clausura. Son llamativos sus muros de sillar pintados en distintos colores y la cantidad de flores a lo largo de sus calles. Las celdas son todas diferentes y corresponden a las 180 religiosas que vivían allí y a las más de 300 doncellas que las servían. El ingreso, un poco caro comparado con otras atracciones turísticas de las que vimos en Perú: 30 soles.














Después de recorrer el convento, Matías y José partieron hacia su hostel y yo me fui con Leeza a comer. Después de caminar unas cuántas cuadras de más porque nos perdimos, conseguimos llegar al mercado. Pero aquel era distinto al de Cuzco. No había muchos puestos de comidas. En cambio sí los había de bebidas. Mientras caminábamos por los pasillos las vendedoras nos llamaban a los gritos con la intención de vendernos un jugo de frutas. Finalmente nos comimos cada uno dos sánguches de pollo y un jugo por la módica suma de 5 soles.

Lieza era tan fanática de los postres como yo, así que en el camino de regreso, en una panadería de la calle Mercaderes nos tentamos con una torta de naranja y compramos una entre los dos. Ya en el hostel, que quedaba bastante lejos de la Plaza de Armas sobre una calle en subida y aquello no me agradaba mucho, nos encontramos con Santiago.

Me di una ducha y otra vez hasta la Plaza de Armas a encontrarme con los brasileros para hacer el city tour. El micro era de aquellos típicos de doble piso que no tienen techo arriba para poder apreciar mejor el paisaje. Nos dieron a cada uno una viserita y un bronceador. Ya habían salido cuando yo llegué y me levantaron en la esquina de la plaza.
El centro histórico de Arequipa es muy lindo, principalmente la catedral. Los edificios más antiguos están construídos en sillar, un tipo de piedra que se extrae de un cerro cercano a la ciudad.




El city tour me pareció excesivamente comercial. Con excepción del mirador de Yanahuara y el Museo Casa del Marqués, nos llevaron a lugares donde la idea era que gastáramos dinero: Mundo Alpaca (una fábrica tejidos),  un molino al que no ingresamos debido al frío que hacía. En fin… después de las maravillas cuzqueñas, Arequipa no nos llamó mucho la atención.














Regresamos al caer la tarde y en la Plaza de Armas nos estaban esperando Leeza y Santiago. Todos juntos nos fuimos al Patio del Ekeko donde Lieza y yo merendamos y los demás cenaron. Allí tomé, después de casi un mes de cafés asquerosos, tomé un capuchino delicioso acompañado por una torta de la casa. El precio, un poco más caro que en otros lugares pero tampoco desorbitante: 13 soles. Los chicos comieron anticucho, plato típico de la cocina arequipeña.
















La noche nos sorprendió a todos. Más tarde, en el hostel, Matías y José me pasaron a buscar y fuimos a unos de los tantos pubs y bares que ofrece la noche arequipeña. Santiago y Lieza se quedaron durmiendo y nosotros nos fuimos a la zona de los bares donde nos costó mucho encontrar un bar tranquilo donde poder sentarnos y charlar. Mucha gente y mucha música argentina por todas partes. “El matador” era la canción que parecía enloquecer a los peruanos que la coreaban bailando arriba de las mesas.

Nosotros tres estábamos extenuados, muertos de sueño, pero era mi última noche con los dos brasileros con quienes había compartido ya 15 días de viaje. Los había conocido en La Paz, fuimos juntos a Copacabana, navegamos por el Titicaca y me quedé con ellos cuando Javier, mi otro compañero ocasional emprendió el regreso. Recorrimos de punta a punta la Isla del Sol. Cruzamos a Perú, caminamos por las islas de los Uros, nos divertimos como locos en Cuzco y llegamos juntos a Machu Picchu. El destino nos había llevado hasta Arequipa. Era nuestra última noche juntos, porque yo ya había planeado quedarme unos días allí para conocer el Cañón del Colca.
El sueño me ganó y volví temprano al hostel. Ellos me acompañaron porque yo todavía conservaba en mi mochila la pantalla solar de Matías. En cierto modo, me dolía separarme de aquellos dos personajes, no sólo porque eran dos grandes personas sino porque realmente me habían hecho divertir muchísimo, me sumaron a su viaje, me dieron su confianza y me hicieron sentir que los conocía desde hacía mil años. Y quién sabe si alguna vez en la vida los volvería a ver. Pero no nos pongamos nostálgicos porque esta aventura aún no ha terminado, y siempre hay una sorpresa en el camino…

 Mirá los videos de este capítulo:
http://www.vimeo.com/14868570
http://www.vimeo.com/14871543
http://www.vimeo.com/14873572
http://www.vimeo.com/14943282





















No hay comentarios:

Etiquetas

Altiplano Boliviano (3) Año nuevo (4) Arequipa (3) Arica (2) Baños (1) Bariloche (2) Belo Horizonte (2) Cabanaconde (1) Canoa (1) Cañón del Colca (1) Cataratas del Iguazú (1) Chile Chico (1) Chiloé (1) Chinchero (1) Chivay (1) Colonia (1) Congonhas (1) Copacabana (2) Cotacachi (2) Cotopaxi (1) Coyhaique (3) Cuenca (4) Curitiba (1) Cuzco (7) El Bolsón (1) El Calafate (4) El Chaltén (5) El Cisne (1) Encarnación (1) Esquel (2) Floreana (1) Florianópolis (1) Frutillar (1) Futaleufú (2) Géiseres del Tatio (1) Guayaquil (2) Humahuaca (2) Ibarra (1) Ilha Grande (2) Ingapirca (1) Iquique (6) Isabela (1) Isla del Sol (1) Islas de los Uros (1) Islas Galápagos (9) Jesús de Tavarangué (1) La Paz (4) La Quiaca (1) La Tirana (1) Latacunga (1) Loja (2) Los Antiguos (2) Maca (1) Machu Picchu (5) Maras y Moray (1) Mariana (1) Matilla (1) Misahualli (1) Misiones (1) Mitad del Mundo (1) Mollendo (1) Montañita (3) Montevideo (1) Niterói (1) Ollantaytambo (1) Otavalo (1) Ouro Preto (3) Paraty (1) Petrohué (1) Pica (1) Písac (1) Porto Alegre (1) Posadas (1) Potosí (2) Puerto Ayora (4) Puerto Guadal (1) Puerto Iguazú (3) Puerto López (2) Puerto Montt (2) Puerto Natales (2) Puerto Río Tranquilo (2) Puerto Varas (1) Puno (3) Punta Arenas (2) Purmamarca (4) Puyehue (1) Quilotoa (1) Quiroga (1) Quito (5) Río de Janeiro (4) Salinas Grandes (1) Salta (3) San Ignacio (3) San Martín de los Andes (1) San Pablo (1) San Pedro de Atacama (4) Santa Cruz (7) Sillustani (1) Sucre (1) Tacna (3) Tena (2) Tilcara (2) Tiwanaku (1) Torres del Paine (1) Trinidad (1) Tupiza (1) Turi (1) Ushuaia (8) Uyuni (3) Vilcabamba (3) Villa La Angostura (1) Villazón (1) Yanque (1)

Visitantes del mundo